¿Qué vas a hacer con todo eso?

¿Es que nos vamos a convertir en una sociedad de trueque?

Hablemos claro: ¿cuántas cosas tienes acumuladas en casa? Según la Oficina Federal de Estadística de Alemania, son alrededor de 10 000. Esa es la media europea. Es demasiado, ¿verdad? ¿Y por qué no pensamos juntos cómo podemos reducir nuestras 10 000 posesiones de una forma práctica?

1. Vende lo que ya no necesites

El nuevo clásico de Stephen King es demasiado emocionante como para dejarlo cogiendo polvo en la estantería junto a la colección de enciclopedias de tu abuelo. ¿Y qué hay de esa cazadora de cuero roja que tienes en el armario? ¡Podría convertirse en la nueva chaqueta favorita de alguien! No puedes llevarte la cómoda del salón al piso nuevo, pero seguro que quedaría genial en la casa de otra persona. 

¿Por qué no vivimos siguiendo el lema de «vende lo que ya no necesites»? Las cosas de segunda mano están más de moda que nunca. El Informe de segunda mano de momox de 2023 de libros y medios audiovisuales es la prueba de ello. El 59 % de los alemanes ha comprado alguna vez libros y artículos audiovisuales usados. Con un 61 %, las mujeres van por delante, pero solo ligeramente. En el caso de los hombres, la proporción es del 58 %.

Los más vendidos entre los productos de segunda mano son los libros usados, que conforman el 75 % del total. La ficción está a la cabeza. Uno de cada dos compradores recurre a la literatura de entretenimiento, y lo que más gusta es la novela policíaca. Sin embargo, en el mercado de segunda mano también se encuentra un 34 % de libros especializados.

2. Vivir es compartir

Imagínate la siguiente situación: una vez a la semana tienes que acudir a una cita importante con un cliente en una ciudad cercana. ¿Merece la pena tener un coche propio para eso? Excepto por esto, sueles ir a todas partes en tren, a pie o en bicicleta, ya sea al supermercado a la vuelta de la esquina, al médico o a tu bar favorito. El préstamo de vehículos, también conocido como car sharing, es la solución. Siempre que necesites un coche, puedes tomarlo prestado, porque compartir es más sostenible que comprar. 

Lo mismo se aplica al esmoquin blanco para la boda de tu hermano, a la máquina de pasta para hacer una noche italiana con amigos o al futbolín para tu fiesta de cumpleaños. Las cosas extraordinarias que solo se usan unas pocas veces al año no tienen por qué quedarse todo el año en el trastero.

3. Un capuchino en una cafetería de reparación

¿Qué hago con esa silla de la cocina que cojea? ¿Dónde pongo la máquina de café que suelta agua? ¿Y qué hago con la tele si no deja de parpadear? 

¡No te preocupes! No siempre hay que tirar a la basura los objetos defectuosos. ¿Has ido alguna vez a una cafetería de reparación? Se trata de una reunión en la que en la que la gente repara su ropa, muebles, electrodomésticos, bicicletas o juguetes con la ayuda de voluntarios, que hacen todo lo que pueden para solucionar el problema. En algunas ocasiones, en las cafeterías de reparación puedes ver a verdaderos expertos con herramientas profesionales, desde sastres y carpinteros hasta electricistas y mecánicos de bicicletas.   

En definitiva, las cafeterías de reparación son un gran beneficio para la economía circular. A menudo, con muy poco consiguen prolongar la vida útil de un objeto. Y cuanto más dure, menos se compra y menos se tira. Un paso pequeño, pero importante para reducir los más de 2200 millones de toneladas de residuos al año.